DE MI COSECHA
A ti mujer
A ti mujer que engendras
a ti que te dieron la vida
a ti que te la quitaron,
sin habértela pedido primero
sin habértela ofrecido.
Fuiste mujer sin serlo
fuiste mujer sin saberlo.
Sin quererlo.
Pecado de Adán,
fruta prohibida
que concebiste al mundo,
Madre Naturaleza.
Que concebiste a tu hijo
sin pecado.
A ti mujer
pecadora sin pecado,
pecado sin pecar.
Culpable siendo inocente.
Inocente siendo culpable.
Culpable. Culpable. Culpable.Inocente.
A ti mujer.
Condenada al sufrimiento,
condenada sin juicio.
En vida ya estás muerta,
desde que naciste.
Negación de afirmación,
nihilismo de Nietzsche.
Castigada por ser mujer.
A ti, mujer,
alma sin purgatorio
alma sin vida
que das la vida.
Macrocosmo en un microcosmo.
Oda a la vida.
Te arrebataron a tu hijo
ya antes de nacer.
¡SILENCIO!
.................................................
Silencio.
Calla y no hables.
No te molestes, nadie te escucha.
Nadie, te ha pedido que hables.
¡CALLA!
Calla, ¿para qué vas a hablar?
¿Para qué? Nadie te escucha.
Pero tu corazón no calla:
grita, chilla, berrea.
A ti mujer.
A ti mujer que te arrebataron a tu hijo. A ti mujer que cada día luchas por denunciar su secuestro, por conseguir que te escuchen, luchas por hacerte oír con silencio, por obtener una respuesta, por encontrarlo.
A ti madre que no faltas un jueves en vuestra Plaza desde un 30 de Abril de 1976. A ti madre de Plaza de Mayo. A vosotras Madres de Plaza de Mayo. A las madres de unos 600 casos de desaparecidos que había ya en 1974-1975 con las AAA. A las 60 o 70 madres de los primeros encuentros en la Plaza que han sabido crecer hasta ser cientos. A las cientos de madres. A ti mujer. A ti madre. A vosotras que os taparon la boca, a vosotras que fuisteis golpeadas por la “cana”, fuisteis detenidas y encarceladas. A vosotras que os unisteis, os agarrabais las unas a las otras para que no os separaran. Para que os dejaran estar en vuestra Plaza. Para que os respondieran a vuestra pregunta: “¿dónde están nuestros hijos?”.
A ti mujer. A ti madre.
A vosotras que tuvisteis que aprender a ir con bicarbonato y una botella de agua cada jueves, porque a vosotras os tiraban gases. Os golpeaban. Os echaban los perros. A vosotras que hicisteis una marcha a Luján. Que lleváis un pañal blanco de vuestro hijo. Que os hicisteis oír a gente importante. Que hicisteis que los periodistas se fijaran en vosotras y mostraron vuestras fotos recorriendo el mundo, y no recorrieron vuestra Argentina. A vosotras que se os escucha en el mundo y no en vuestra Plaza. A vosotras que no conocéis el significado de la palabra justicia. A vosotras que luchasteis y seguís luchando.
A ti mujer. A ti madre. A las Madres.
“Manda una ola para que se lleve a los traidores que sembraron tanta muerte. Barcos y náufragos, oyen sus voces. Les dicen: “Nunca, nunca olvidéis nuestros nombres. Dile a las madres que en algún lado, donde hace falta, seguimos luchando”. Madre, tu hijo no ha desaparecido, madre que yo lo encontré andando contigo, lo veo en tus ojos, lo oigo en tu boca, y en cada gesto tuyo me nombra, lo veo en mis luchas y me acompaña entre las llamas de cada nueva batalla, guían mis manos, sus manos fuertes hacia el futuro, hasta la victoria siempre.” (Extracto de canción “A las Madres de Mayo” de Ismael Serrano)
Laura Mª Carazo, publicado en Revista ECLIPSE, nº 2, Zaragoza, Eclipsados, 2002.
1 comentario
SRG -